A veces presiento que soy una desgraciada infeliz, otras veces simplemente lo sé.
No puedo jugar con alguien, pero….
Y yo? Me debo el derecho de jugar conmigo?
No sé porque el destino (digámosle así), me lo deja gratis o me lo cobra muy caro. Las cosas gratis son más caras, porque terminas pagándolo con algo de ti mismo. Algo de muy muy adentro, algo que vale mas para ti que todos los valores intrínsecos del planeta.
Suelo preguntarme si estaré tomando las decisiones correctas en los momentos precisos, o si conscientemente estoy tejiendo con precisión milimétrica una telaraña de autodestrucción. Si por defecto queriendo construir, estaré ensanchando los muros de este cubo (cómo lo llama Lore), para como Pink, morir en su interior completamente abandonada a mi egoísmo.
Antes me preocupaba volverme loca, ahora estoy completamente segura de que lo estoy. He llegado al punto de no retorno en donde todo me vale huevo o me importa mucho.
Donde los extremos se tocan. No hay puntos medios.
Siento vértigO….
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