Los libros tienden a afectarme profundamente.
Es tan personal el contacto que a veces dudo de mi salud mental.
No pude evitar llorar por María, o gritar de horror cuando vi el gato, duré una semana pensando melancólicamente en la muerte de ventura. Y hoy sentí la impotencia de Nabu tan intensamente que casi salgo a al calle para buscarlo y abrazarlo, para sentir mi camisa empapada de sus lagrimas y ofrecerle un cigarrillo (nunca confies en la gente que fuma light) y reventarle a madrazos la existencia a esa zorra.
Con los ojos empañados cerré el libro, no podía más.
Mientras encendía el cigarrillo, respire profundo y extrañé compartir esto contigo....
Si el mundo es perfecto y en armoniosa simetría, te pasará lo mismo?
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